En multitud de ocasiones nos hemos encontrado con la situación de tener que apoyar a alguien que queremos.

En esos momentos donde la persona está expresando su tristeza o desasosiego, sentimos una tremenda necesidad de cambiar la situación para que deje de sufrir.

Y aquí ocupa espacio la típica frase de “venga, no llores… tranquilízate”, que decimos de forma prácticamente inconsciente.

Pero ¿Qué tiene de malo llorar? ¿Por qué nos bloqueamos tanto e intentamos por todos los medios que la persona deje de hacerlo?

Esto tiene que ver con lo que nos han enseñado a lo largo de los años. Constantemente, estamos recibiendo mensajes contradictorios acerca de las llamadas “emociones negativas”.

Parece que en nuestra sociedad la tristeza y el llanto indican un estado de debilidad frente a la vida. Cuando en realidad es un acto natural, adaptativo y necesario para superar las caídas.

Llorar nos ayuda a rebajar las tensiones, a la vez que permite comunicarnos con los demás sobre aquello que nos hace daño.

Por ello, si te encuentras en una situación donde tu pareja o tu amigo está sufriendo, utiliza alguno de los ejemplos que te propongo en el post.

De esta forma podrás validar su emoción, sostener a la persona y ofrecerle tu apoyo incondicional.

PD: No olvides visitar nuestra página web, si deseas permitirte un espacio de expresión y afrontamiento emocional saludable.